Join Our Service

Edit Template

La carta de Rubén Blades a Bukele

El famoso cantautor panameño le ha dirigido una carta “A las autoridades de El Salvador”[1] que es, al mismo tiempo, un magnífico ejemplo de solidaridad y responsabilidad personal de un líder, así como una valiente denuncia de la masiva violación de derechos humanos presente en las deportaciones de venezolanos acusados de pertenecer a una banda criminal, sin debido proceso ni pruebas y por el solo hecho de tener esa nacionalidad y llevar en su cuerpo algún tatuaje. La carta alude, particularmente, al caso del encarcelamiento y envío de un joven cantante venezolano a una cárcel de máxima seguridad en el país centroamericano, pero es fácil entender que también se refiere a todos los inocentes que están corriendo la misma suerte. Todos son migrantes que han ido a buscar una mejor vida en los Estados Unidos y encontrándose en espera de regularizar su situación migratoria, por órdenes del señor Donald Trump han sido repentinamente detenidos, encarcelados y enviados al Centro de Confinamiento del Terrorismo, en San Luis Talpa, en El Salvador. Aunque dirigida a un colectivo determinable “las autoridades de El Salvador”, la carta tiene un destinatario perfectamente individualizable: el Presidente Nayib Bukele.

Decimos que la carta es un magnífico ejemplo de solidaridad porque es la adhesión de Blades a la causa de la defensa de los derechos humanos de los venezolanos, sin titubeos o vacilaciones de ninguna especie. Un claro distanciamiento de otras actitudes de artistas del espectáculo que miran primero al efecto que una declaración o un pronunciamiento del tipo que nos ocupa pudiera tener en el público que los sigue y aplaude. Luego de esa mirada lo que resulta casi siempre es la abstención. Pero, decimos también que es un extraordinario ejemplo de responsabilidad personal de un líder, pues consciente del alcance que puede tener su opinión que es la de un referente o modelo seguido por muchos latinoamericanos, asume consecuentemente su obligación de no callar ante el mal o el vejamen a la dignidad de los seres humanos. Y no callar es denunciar.

Y, ciertamente, se trata de una denuncia que tiene por objeto la inconducta del Presidente Bukele. No solo porque está dirigida a él como principal autoridad de El Salvador, sino que por su contenido se entiende que él es el verdadero interpelado.  Sin decirlo expresamente, allí se denuncia a un gobierno que: acuerda con los Estados Unidos la retención en una cárcel de máxima seguridad de cientos de personas a cambio del pago de una suma de dinero, lo cual coloca la situación muy cerca de un secuestro extorsivo; que para nada investiga el estatus de cada una de las personas retenidas, lo cual podría y debería hacerse muy fácilmente; y, obviamente, que no ignora que en esos dos hechos se consuman múltiples violaciones al derecho internacional de los derechos humanos vigente en las Américas y, por tanto, también en El Salvador. Es impensable que el Presidente Bukele ignore que conforme al Artículo 5 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral; que nadie debe ser sometido a torturas ni a penas  o tratos crueles, inhumanos o degradantes; y que toda persona privada de libertad debe ser tratada con el respeto debido a su dignidad inherente al ser humano. Es igualmente inconcebible que el presidente Bukele desconozca que de acuerdo con el artículo 7  de esa misma Convención, toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales, por lo cual nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios  y si alguien fuere privado de su libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente a fin de que este decida sin demora, sobre la legalidad de su arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueren ilegales. Tampoco puede asumirse racionalmente que el Presidente Bukele no sepa que toda persona está protegida por garantías judiciales por las cuales tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial en la sustanciación de acusaciones de cualquier orden; y que, además, tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad.

Sin duda, con su carta Rubén Blades ha interpelado directamente a Nayib Bukele.

[1] rubenblades.com. Acerca del músico venezolano Arturo Suarez-Trejo

Fuentes

  • rubenblades.com

Deja un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Es una asociación civil sin fines de lucro orientada a trabajar en pro de los Derechos Humanos para la construcción de una sociedad que goce de paz, justicia y democracia.

Conciencia es Dignidad © 2025